A mis amigas.
Son muy pocas a las personas que les diría esto. No confío en casi nadie y, la verdad, me sorprendo queriendo decir en voz alta lo mucho que me importáis. Tanto, que por vosotras lo daría todo e iría hasta el fin del mundo si hiciera falta. Puedo ser algo fría a veces, pero en el fondo, os quiero tanto que no hay nada que no haría por vosotras. No quiero que penséis que detrás del escudo con el que me protejo solo hay vacío. Al contrario, tengo muchos sentimientos por demostraros. Cuando os tengo a vosotras a mi lado es difícil hundirse y no salir a flote. Cuantas madrugadas de conversaciones, llorar de tristeza o alegría pero acabar bailando, borracheras, pedir consejos y acabar haciendo lo que nos dé la gana, hacer locuras para poder recordarlas cuando pasen unos años. Porque a veces no necesito que me digáis nada, simplemente estáis ahí cuando las cosas se tuercen o llega el huracán y se lleva todo por delante. Ahora pienso cuando seamos mayores y recordemos las cosas vivid...