El calor de una piel en verano, la ausencia fría en invierno.

Pasan los días, y cada día sientes más el frío de este invierno, las horas se hacen más largas y los días más eternos, ya no sabes que hacer con tu tiempo y aunque lo ocupes con tus seres queridos tu mente está en él, no puedes dejar de pensar en los momentos que has pasado y en los que querías que pasara.

Sales a la calle y te sientes sola, todo te recuerda a él, pasas por las calles por donde solías ir con el, y te viene una viva imagen a la cabeza, sientes como si lo estuvieras viviendo de nuevo, pero no es así, una presión en el pecho se apodera de ti, todos tus miedos se hicieron realidad, todas esas cosas que no querías que pasaran acaban pasando, pero no hay marcha atrás.

Sientes un vacío enorme dentro de ti, tu corazón no late como antes, no sientes esos nervios al llegar la hora para verle, no tienes esa necesidad de ponerte guapa para él, no sientes esa ilusión de conocer a alguien, no confías ya en nadie, total ¿Para qué?, si al fin y al cabo acaban abandonando y huyendo..

Cuando más lo necesitas es cuando te das cuenta de todo, de que ya no está ahí, de que ya nada es lo mismo, despiertas creyendo que nada a cambiado que todo sigue igual, pero no, no es así, ya todo ha cambiado sí, pero para peor. No terminas de entender porque se fue, ¿Qué es lo que hiciste mal? Si le diste casi toda tu vida por que viera que lo amabas, que querías que fuera feliz, pero nada es suficiente...

No te queda otra que mirar hacia adelante, pensar que por más que quieras ya no va a estar, entender que todo terminó, tu eres fuerte, si has podido con cosas peores ¿ Qué te hace creer que con esto no?, anímate, distráete, no pienses, no te culpes, pero sobre todo no dejes de sonreír por que no hay nada más bello que la sonrisa de una mujer y mucho más cuando está rota por dentro.